Los Chicos del coro

Ver imagen en tamaño completo 

 

 

 

 

La película trata sobre las experiencias de un profesor, Clément Mathieu, profesor de música en paro que empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. El internado está dirigido por un director bastante represivo que apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles. Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosa-mente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizar-los con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre.

La película está situada en el 1949, ya que después de la guerra se constituyeron los famosos centros de reinserción llamados correccionales. En esa misma época se creó la Protección Judicial de la Juventud, que confirió a los niños de un estatuto jurídico distinto del de los adultos. El final de los años cuarenta es una época traumatizada, se acababa de salir de la guerra y, como en todos los períodos de crisis, los padres tenían otras prioridades que la educación de sus hijos.

Cuando el profesor Mathieu llega al correccional, se encuentra con unos alumnos desmotivados, con el único afán de hacerse notar y de hacer travesuras y malicias, por lo que eran castigados encerrándolos en una habitación, sin hablar con ellos y sin que existiera el diálogo, lo que encuentro muy mal, ya que si no se habla con ellos, seguirán haciendo lo mismo una y otra vez para llamar la atención. A la llegada de dicho profesor, la cosa empieza a cambiar, tras su esfuerzo y trabajo por comprender a sus alumnos, sus problemas personales, cuestiones familiares…

Mathieu comienza a cambiar los antiguos castigos por castigos instructivos, como por ejemplo cuando castiga a uno de sus alumnos a ayudar a un operario del centro, ya que previamente había causado una lesión del mismo. De esta manera, el alumno se da cuenta del mal que ha hecho y reflexiona sobre el mismo, en lugar de sentirse frustrado por otro tipo de castigos más severos, pero menos eficaces.

Él empieza a tratarlos mejor, e intenta crear un coro con sus alumnos, ya que era profesor de música. Al darle una oportunidad a los alumnos, ellos se sienten importantes, y de esta manera, más motivados para hacer lo que el profesor les instruye. Los chavales empiezan a cogerle así cariño al profesor al que en un principio recibieron con no muy buen agrado, con burlas…

Uno de esos alumnos a los que el vigilaba, era especialmente intranquilo, con cara angelical sólo quería hacer malos actos, era por tanto, el que más castigos recibía. Su desmotivación hacia la educación era mínima y no tenía ningún tipo de ilusión por nada, pero casualmente, tenía unas cualidades excelentes para el canto, por lo que el profesor le hizo solista del coro que había creado.

De ésta manera, el alumno se sentía totalmente motivado, era uno de los más importantes alumnos del corrector, y ahora o por hacer maldades, sino por buenas cualidades.

Finalmente consiguió que este alumno se lograra como un gran artista e hiciera de su voz su modo de vida.

Lo que se puede concluir de esta película se puede resumir como sigue:

  • Se puede conseguir más de los alumnos usando buenas formas que sólo usando castigos severos sin tener ningún diálogo.
  • La educación en la vida de los alumnos prima sobre la enseñanza-aprendizaje, aunque también pueden ir cogidas de la mano.
  • Todos los alumnos, por pequeños que sean, son diferentes y cado uno de ellos tienen sus características que los distinguen de los demás; nosotros, en nuestra labor como personas y como maestros, tenemos que saber y reforzar los aspectos positivos de ellos, e ir obviando los negativos, hasta que desaparezcan en la medida de lo posible.